La cantidad de estudiantes en la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) viene creciendo durante el último quinquenio. Mientras que en 2018 la matrícula total -en Facultades y en escuelas experimentales- alcanzaba los 66.246 alumnos, el año pasado -último período registrado- tal cifra llegaba a los 81.110; es decir, un incremento de casi un 22,5%.
Este aumento se da, incluso, en un período que incluye un par de años durante los cuales la presencialidad se había suspendido total y parcialmente, debido a la entrada en rigor de los decretos que determinaban el Aislamiento Social, Preventivo y Obligatorio (ASPO) y, luego, el Distanciamiento Social, Preventivo y Obligatorio (Dispo).
“En parte, ese crecimiento sostenido puede explicarse debido a la posibilidad de cursar virtualmente, lo que se hizo más evidente entre 2020 y 2021; no solo en lo referido a ingresantes, sino también a alumnos reinscritos”, señaló a LA GACETA la secretaria Académica de la UNT, Carolina Abdala.
Añadió que tal metodología para la enseñanza permitió que muchos estudiantes retomen los estudios que, en algunos casos, habían abandonados hacía tiempo.
“Estos datos muestran que la UNT sigue representando una oferta de educación valorada por los jóvenes, tanto en nuestra provincia como en la región. Se trata de una institución que cuenta con 100 carreras de grado y pregrado y con una oferta de educación superior no universitaria de formación docente y de tecnicaturas entre las cuales elegir”, señaló Abdala.
Pero más allá de lo estrictamente académico, la funcionaria rectoral destacó otras características de la universidad que también explican el crecimiento de la matrícula. “La UNT ofrece actividades culturales muy variadas -de extensión, de esparcimiento al aire libre, espacios deportivos-, que son importantes para la vida del estudiante universitario. Todo esto contribuye a la permanencia en sus estudios y favorece a su pertenencia a la universidad”, puntualizó.
La pandemia
Abdala resaltó que el contexto en que una persona cursa una carrera ejerce una importante influencia en la continuidad de sus estudios. En ese sentido, volvió sobre la pandemia de la covid-19, que obligó a las autoridades de la UNT a buscar vías alternativas para el cursado y las rendidas de exámenes, debido a las restricciones establecidas por el Gobierno nacional para combatir el coronavirus.
“Esto generó un doble efecto; por un lado, posibilitó que los estudiantes retomen sus estudios e ingresen a la universidad en tanto la organización virtual favoreció el acceso. Pero por otra parte, en el otro extremo, hizo muy difícil la graduación. Principalmente para aquellas carreras que requerían prácticas presenciales”, explicó. Añadió que el año pasado esa situación pudo remontarse.
“Salvo durante el período de pandemia, cuando bajó abruptamente el número, la cantidad de egresados se mantuvo constante. Alrededor de 2.300 personas se gradúan por año de las distintas carreras de la UNT”, contó.
Y señaló que las autoridades de la casa de Terán vienen impulsando y fortaleciendo políticas tendientes a que el aumento sostenido de ingresantes a la UNT pueda reflejarse cada vez más en los egresos. “En el marco de una política que entiende la educación como un derecho -y, por lo tanto, debe ser inclusiva-, venimos desarrollando diferentes acciones no solo con el ingreso, sino también con las ayudas para la graduación”, señaló.
Y, entre otras, enumeró: “formación didáctica de los docentes -actores principales en el proceso de transmisión pedagógica, por lo cual su trabajo es sustantivo en relación con los aprendizajes-; ayuda a estudiantes con pocas materias pendientes y con dificultad de retomar sus estudios para que puedan hacerlo; ayuda a estudiantes de primer año en sus aprendizajes matemáticos -en aquellas carreras en las cuales esta disciplina tiene un lugar importante en el curriculum-”.